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Oscar Wilde: uno de los escritores más brillantes de la literatura universal

Irlanda es un país no demasiado grande ni poblado, que siempre ha sufrido guerras, hambrunas y problemas incluso civiles hasta hace bien poco. La situación en la isla no ha sido casi nunca ideal, pero a pesar de ello, o tal vez por eso precisamente, Irlanda ha sido cuna de grandísimos artistas y de novelistas y escritores de talento supremo. Desde James Joyce a Bram Stoker, pasando por el protagonista de nuestro artículo, Oscar Wilde, la isla esmeralda puede presumir de haber dado al mundo a los hombres que alumbraron algunas de las obras más míticas de la literatura universal.

Wilde nació en Dublín y se crió en Irlanda, aunque es cierto que pasó casi toda su vida adulta fuera de la isla, en Londres o en Francia, pero sobre todo en Gran Bretaña, donde se convierte en uno de los más famosos dramaturgos de la época, un personaje que gracias a su ingenio y a su sagacidad enamora a la sociedad victoriana. A pesar de que la mayoría le recuerden por El Retrato de Dorian Gray, Wilde solo escribió aquella novela, y basó su obra primordialmente en el teatro, con dramas muy importantes que obtuvieron gran éxito en su estreno y que siguen siendo hoy muy aclamados.

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¿Cómo fue su vida familiar?

Oscar Wilde nació el 16 de octubre de 1954 en Dublín, capital de Irlanda, segundo de los tres hermanos en una familia destacada de la sociedad angloirlandesa. Su padre era un eminente doctor de origen holandés, y su madre una poetisa comprometida con la causa del nacionalismo irlandés y la independencia de la isla, que en aquellos tiempos seguía perteneciendo al cada vez más menguante Imperio Británico. Seguramente fue la influencia de sus padres, en especial de su madre, la que despertó en el joven Oscar el interés por la escritura, por el teatro y la poesía, pero sobre todo, por las Humanidades. De hecho, pasó sus primeros años siendo educado en casa, por sus propios padres, hasta que con diez años se enroló en la educación primaria en Irlanda.

Sus estudios y sus primeras publicaciones

Oscar había demostrado tener una inteligencia notable en sus primeros años de vida, y gracias a la educación proporcionada por sus padres, logró un fluido manejo del francés y el alemán, lenguas muy necesarias para los intelectuales de la época. Tras terminar sus estudios en la Portora Royal School ingresó en el famoso Trinity College de Dublín, donde desarrollo sus estudios sobre literatura clásica hasta el año 1874, cuando se mudó a Oxford para entrar en el Magdalen College, donde volvió a destacar por sus calificaciones en exámenes, sus premios conseguidos por sus poemas y ensayos, y convirtiéndose así en una de las más destacadas figuras estudiantiles de Inglaterra. A principios de 1880 comienzan a aparecer sus primeros libros de poemas y también su primera obra, Vera o los nihilistas.

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Un escándalo justo en la cima de su carrera

Poco a poco Wilde se convirtió en un autor bastante popular en la época, gracias a sus sentimentales poemas, y sobre todo, a sus obras de teatro, que ya empezaban a estrenarse por todo el país. A finales de la década de los 80, Wilde ya se ha convertido en un autor en auge, con muchos cuentos y ensayos publicados, varias obras de teatro y una novela, El Retrato de Dorian Gray, que le encumbra definitivamente En los años posteriores su fama se seguiría agrandando hasta que en 1895 decide demandar al Marqués de Queensberry por difamación. Sin embargo, tras un riguroso interrogatorio, finalmente es Wilde el que acaba en la cárcel, condenado a dos años de trabajos forzosos. El escándalo casi destruye por completo su carrera y tras él, apenas publica o estrena obras, después de salir de la cárcel en 1897, dedicándose simplemente a escribir algunos cuentos que serían publicado de forma póstuma y a viajar.

Cuentos y ensayos más destacados

Además de las obras de teatro y de la novela dela que hablaremos ahora, Wilde fue un consumado ensayista y un escritor de cuentos sublime. Durante sus primeros años se decantó más por la poesía, pero finalmente empezó a escribir cuentos que publicaba en numerosas revistas. Aparecieron, eso sí, varias colecciones de cuentos, como El Príncipe Feliz o El Retrato del Señor W.H. En cuanto a los ensayos, Wilde mostró un gran interés por la moral de la época y supo entenderla a través de ensayos como La decadencia de la mentira: un diálogo, o Pluma, lápiz y veneno. Es cierto que esta faceta de ensayista no fue la más destacada del dramaturgo, pero su valor también es importante.

El retrato de Dorian Gray: su única novela

Si hay una obra por la que Wilde es mundialmente recordado y reconocido hoy en día, esa es El Retrato de Dorian Gray, una novela en la cual vertía su pasión por el esteticismo y por temas como la muerte, la eterna juventud y el individualismo. La historia trata sobre un joven de extrema belleza que, para conservar su juventud y su modo de vida hedonista, llega a un trato con un misterioso hombre que le proporciona esa eterna juventud, mientras que el cuadro que ha pintado de él se va demacrando, poco a poco. Como casi todo lo que salía de la pluma de Wilde, la novela provocó una gran polémica en su momento, pero hoy nadie duda de su calidad y es considerada sin ninguna duda como una de las más importantes de finales del siglo XIX.